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La importancia de compostar

La importancia de compostar

En el mundillo de la sostenibilidad cada vez es más frecuente encontrar todo tipo de productos que dicen ser compostables. Muchas veces, en el consumidor se genera un sentimiento de alivio. Automáticamente se produce un pensamiento: “si es compostable, no contamina”.

No es exactamente así. Hoy queremos aclarar este tema y darle la importancia que tiene. Realmente, cuando compras un producto compostable, lo que hay que hacer para que no genere gases contaminantes es compostarlo. Tirarlo al contenedor de ‘basura normal’ es un problema y os vamos a contar por qué.

Biodegradable y compostable

Vamos a empezar aclarando conceptos. Todos los restos compostables son biodegradables. Pero no todos los elementos biodegradables se pueden compostar. 

Cuando decimos que algo es biodegradable nos referimos a que se pueden descomponer en elementos químicos naturales a causa de la acción de agente biológicos como son las bacterias, el sol o el agua, por ejemplo. 

Vamos a poner un ejemplo claro. Los champús o jabones que vendemos en Alma Eko no son contaminantes de las aguas porque todos sus componentes son naturales y biodegradables. Fluyen con el agua hasta llegar a la depuradora y no dañan los ecosistemas de los ríos por el camino porque se descomponen en elementos naturales.

Hay elementos biodegradables que podemos compostar para generar abono, pero no todos. Los más común es utilizar restos de alimentos y de poda en compostadoras domésticas. En vez de echar estos restos a la basura de residuos urbanos, compostar estos restos es una gran ayuda para el planeta. Con ellos, en vez de generar residuos, conseguiremos abono para mejorar la calidad de una tierra que queramos cultivar, por ejemplo.

Pero pasan dos cosas:

  1. No todo el mundo tiene espacio para tener una compostadora doméstica ni un terreno en el que poder usar ese compost.
  2. En una compostadora doméstica, no se puede echar cualquier tipo de resto. Deben ser materiales que se descompongan con rapidez, en un máximo de 12 meses. Por eso, lo más empleado para compostar son restos de alimentos vegetales y cáscaras de huevo. Los restos de animales, como huesos o espinas, son biodegradables, pero su descomposición es mucho más lenta. También son biodegradables las cáscaras de cítricos, por ejemplo, pero no se recomienda echar a la compostera porque acidifica el compost y limita su eficacia como abono.

¿Son compostables los bioplásticos?

Desde hace décadas el plástico invade nuestras vidas por ser un material muy económico con el que es muy fácil de producir infinidad de objetos. Pero hace ya muchos años que sabemos que esto es un problema y los gobiernos están tratando de limitar el uso de plástico.

También, las empresas, con el fin de conseguir una imagen más comprometida con el cuidado del medio ambiente, tratan de adaptarse y han ido apareciendo los bioplásticos. Se trata, en la mayoría de los casos, de embalajes y bolsas, elaboradas con materiales orgánicos y biodegradables, como son la fécula de maíz o de patata.

A priori, suena bien. Parece que hemos encontrado una manera de tener un material que protege productos o nos ayuda a transportarlos con un resultado menos contaminante. Pero lo cierto es que, en muchos casos estos bioplásticos se consiguen en base a producciones extensivas que no son nada respetuosas con el medio ambiente. Lo que hemos ganado por un lado, lo perdemos por otro.

Pero es que, además, estos bioplásticos, aunque son biodegradables, pueden tardar mucho en descomponerse. De hecho, existen diversas certificaciones para los bioplásticos que nos indican si son compostables en en compostadoras domésticas o en industriales, entre otras.

¿Qué pasa con las bolsas de los supermercados?

Desde el 1 de enero de 2021, no se permite a los comercios ofrecer bolsas de plástico elaboradas con derivados del petróleo. En los supermercados han optado por dispensar bolsas de biopláticos (también en sus fruterías).

De nuevo, perece una pequeña victoria. Pero, en primer lugar, hay que observar qué tipo de certificado hay en esas bolsas. En Mercadona, por ejemplo, han optado por bioplásticos compostables en plantas industriales. ¿Sabes qué deberías hacer si una de esas bolsas cae en tus manos y tienes que desecharla? Obviamente, no la puedes echar a tu compostadora doméstica, si es que la tienes. En el mejor de los casos, en tu municipio habrá contenedores para residuos compostables. Ahí podrías echar esas bolsas. Pero no son muchos los ayuntamientos que ya han apostado por esto. Otra opción es desecharlo en el contenedor correspondiente del punto limpio de tu municipio. Pero es que muchos tampoco disponen de este contenedor. La cosa se va complicando, ¿verdad?

Pues espérate, que aún no hemos terminado. Entonces, podríamos pasar a pensar que será mejor consumir en supermercados cuyas bolsas sean compostables en entornos domésticos. Pero llegan los chicos de Vivir sin plástico y hacen un experimento en el que emplean bolsas de Carrefour y Lidl con certificado ‘Ok Compost Home’ y se te caen los palos del sombrajo. Os dejamos el vídeo al final del post.

Pero entonces, ¿qué hago?

En primer lugar, trata de no usar bolsas desechables, aunque estén hechas con bioplásticos. Apuesta por bolsas reutilizables con las que puedes comprar a granel y transportar tus objetos. En Alma Eko puedes encontrar muchas opciones.

En segundo, composta. Sí, composta. Parece que llevamos todo el artículo diciéndote que no sirve de nada, pero en realidad, sirve de muchísimo. Si puedes tener una compostadora en casa, perfecto. En el mismo vídeo de Vivir sin plástico del que os hemos hablado os muestran cómo hacer una compostadora casera muy sencilla y qué hacer con el compost generado si no tienes un espacio propio en el que utilizarlo. Y, si tienes muchas ganas de remangarte, trata de que tu ayuntamiento ponga contenedores de compostaje en tu localidad. Te deseamos suerte.

Por qué es importante compostar

Realmente compostar es muy importante. Los residuos orgánicos que echamos en el contenedor de ‘basura normal’ acaban en vertederos compartiendo el mismo espacio con residuos no orgánicos. Esto es un problemón. Estos dos tipos de materias en contacto, crean una cantidad enorme de gases de efecto invernadero.

Así que si compras algún producto en nuestra tienda, o en cualquier otro sitio, que dice ser compostable, compóstalo. Trata de tirar a la basura la menor cantidad posible de residuos orgánicos

¿Y qué hago con los residuos que no son compostables? Intenta no generarlos. Hacer todo perfecto, teniendo una vida urbanita es prácticamente imposible. Pero pequeños gestos realizados por muchas personas pueden suponer un gran cambio y una gran protección para el planeta.

Lo que estamos planteando es un enorme cambio de paradigma en el consumo del día a día y que se da de bruces con el ritmo de vida que tenemos. Pero insistimos en los pequeños cambios de grandes colectivos para conseguir resultados globales.