Alma Eko, Productos Ecológicos libres de Plásticos. Alma Eko

Haz tu rutina curly con Alma Eko

Haz tu rutina curly con Alma Eko

Hoy tenemos una invitada especial en el blog de Alma Eko y esperamos que vuelva más veces. Ana, de Crianza Mágica, viene a contarnos de primera mano cómo emplear productos naturales y sin envases de plástico para cuidar el cabello rizado. Esperamos que su experiencia os pueda inspirar y os aclare algunas dudas.

La experiencia de Ana

Tengo una cantidad de pelo importante y un rizo que ahora veo bastante bonito. No siempre ha sido así. Las que tenemos el pelo rizado y voluminoso somos carne de cañón de burlas e insultos en la infancia. Ése fue mi caso.

Siendo adolescente comencé a cuidar mi pelo y a sentirme mejor con él. A finales de los 90 y principios de los 2000 estaban muy de moda todo tipo de horquillas, pinzas y adornos para el pelo. Yo los tenía todos y cambiaba de peinado constantemente: trenzas, coletas, moños, semirrecogidos. Me encantaba jugar con mi pelo.

Por aquel entonces descubrí que una marca muy conocida de productos para el cabello fabricaba una gama especial para cabello rizado, la probé, vi que funcionaba, que mi pelo quedaba más definido y usé esa misma marca prácticamente durante dos décadas ¡Eso es fidelidad!

En ese tiempo, la formulación de los productos cambió dos veces y con la segunda modificación, mi pelo dejó de comportarse igual. Me lo notaba más apagado, más seco y con un rizo que no reconocía. También notaba el cuero cabelludo irritado y con picores.

Los primeros cambios

Coincidió con que empecé a interesarme por realizar un consumo más consciente, de marcas más respetuosas con el medio ambiente y también libres de potenciales tóxicos. Además, descubrí el Método Curly Girl. Una forma de cuidar el cabello rizado que busca sacarle el máximo partido y sanearlo, consiguiendo resultados bastante espectaculares. Hay muchas técnicas diferentes que se pueden aplicar para seguir este método. La verdad es que se puede convertir en una rutina bastante compleja con muchos productos y pasos diferentes que yo no tenía ganas de asumir. Así que no, por si alguien se lo pregunta, yo no sigo este método, pero sí me he quedado con una de sus bases fundamentales: eliminar los sulfatos y las siliconas de los productos y pasarme a ingredientes más naturales. 

Para mí, el cambio a este tipo de productos estaba más relacionado con el cuidado del medio ambiente y de mi salud y no tanto con un tema de imagen personal. Que también, no lo niego, pero tiene mucho menos peso. A la vista está, por ejemplo, que no me tiño las canas. Me niego. Es ya una cuestión de principios.

Pero, ¿qué pasa con los sulfatos y las siliconas en los cabellos rizados? Pues pasa lo siguiente:

  • Los sulfatos, que son tensoactivos que funcionan como detergente (generan mucha espuma), son eficaces para arrastrar la suciedad del cabello, pero también se llevan los aceites naturales del cuello cabelludo, aspecto que no le viene nada bien a las melenas rizadas, que tienen tendencia el pelo seco.
  • Las siliconas generan una película que da brillo y suavidad al cabello. Pero, esa misma película, sobre todo en el caso de siliconas no solubles en agua, impiden que el agua y los productos empleados penetren en la fibra del cabello y, por tanto, no permiten una buena hidratación. Solo un champú con sulfatos conseguiría retirar estas siliconas, por lo que volveríamos a la casilla de salida.

Con esta información, hace casi tres años me lancé a hacer cambios y he de decir que no acerté a la primera. No voy a decir nombres de las marcas que no me han ido bien porque, si algo sabemos las rizadas, es que no nos sirve lo mismo a todas. Cada pelo necesita una cosa. Que a mí no me funcionara, no quiere decir que no les sirva a otras personas.

Comencé con unos productos de formulación natural, sin potenciales tóxicos, siliconas ni sulfatos, pero envasado en plástico, cuando aún no sabía de la existencia de champús y acondicionadores sólidos. La definición del rizo era buena, pero el pelo lo notaba más seco aún. Empecé a hacerme mascarillas caseras de aguacate, aloe vera, aceite de coco… Pero no terminaba de conseguir que mi pelo estuviese bien hidratado.

Además, aunque eran productos, a priori, mejores para mi piel y menos contaminantes de las aguas, estaban envasados en plástico y, unos meses después, yo ya había avanzado lo suficiente en el movimiento Zero Waste como para saber que quería dar un paso más y optar por los productos sólidos.

Probé varias marcas de champú y acondicionador en pastilla, incluyendo artesanales, y los resultados fueron tirando a desastrosos. Además, no encontraba ninguna solución para definir el rizo después del lavado que no estuviera envasada en plástico.

¿Sabéis qué pasó? Que durante unos poco meses volví a la marca convencional que había utilizado durante 20 años. 

Mi rutina definitiva

Metida yo en este estado de frustración, mi amiga Stella monta la tienda online Alma Eko y veo que cuenta con una marca de champús y acondicionadores sólidos de los que había oído hablar muy bien, pero que aún no había probado. Decidí darles una oportunidad al champú para cabello seco y al acondicionador de LaMalvaflor. ¡Qué acierto! Desde el primer lavado noté cambios significativos. De hecho, el resultado era tan bueno que por primera vez en muchísimos años me atreví a no usar ningún producto definidor de rizos después de la ducha. Había algo de encrespamiento, sí, pero bastante tolerable.

Al poco, en Alma Eko introdujeron el aceite antiencrespamiento de Matarrania. Decidí probarlo. ¡Maravilla absoluta! ¡Por fin una solución para definir el rizo envasada en cristal!

Total, que mi rutina de cuidado de cabello rizado es muy sencilla y paso a explicárosla a continuación:

  • Lavado con el champú de aguacate para cabello seco de LaMalvaflor. Huele que alucinas (que este es otro tema que me echó para atrás en algunos casos porque soy un poco maniática con los olores) y es muy cremosos e hidratante. De hecho, la marca indica que puede servir también como acondicionador. No es mi caso porque tengo mucho pelo, muy rizado y con tendencia a secarse, pero estoy segura de que para muchas personas con ‘cabellos más fáciles’ sería suficiente.
  • Hidrato y ayudo a desenredar con el acondicionador de La Malvaflor. Como os decía yo sí necesito este extra. De hecho, aún necesito un plus más de hidratación por lo que también uso mascarilla, pero os lo cuento más adelante.
  • Retiro el exceso de humedad con una toalla, me peino y termino de desenredar el pelo con un cepillo de madera de haya y caucho natural. No tiene plástico, por lo que no encrespa el cabello. Tampoco tiene bolitas en la punta de las púas, por lo que desenreda sin romper el pelo. Este cepillo me lo regaló Stella para que lo probara. Como me ha ido bien, lo va a incluir en el catálogo de Alma Eko. Lo tendrá disponible en un par de semanas.
  • Con el pelo mojado utilizo el sérum capilar antiencrespamiento de Matarrania. La marca indica que, dependiendo del tipo y la cantidad de pelo, puede ser necesario más o menos cantidad de producto. Hablan de entre 1 y 5  gotas. En mi caso, yo necesito más para conseguir el resultado que quiero. Yo uso dos aplicaciones completas del difusor. Pero insisto, tengo una cantidad de pelo abrumadora. Aplico este producto de medios a puntas y realizo la técnica scrunch totalmente simplificada. Puedes ver este vídeo en el que se explica al detalle en qué consiste esta técnica, pero yo no hago todo eso. Yo solo aplico el producto por todo el pelo (no me entretengo en hacerlo mechón por mechón) y hago el movimiento que ves en la imagen.

Y ya está. Esa es mi rutina. No uso secador, no tengo. Dejo el pelo secar al aire. No uso toallas especiales, ni fundas de almohada de satén, no me hago los recogidos más indicados para dormir ni nada de eso.

Un extra de hidratación 

Lo único que sí hago cada 10 días, aproximadamente, es aplicarme una mascarilla casera. Y es que tengo el pelo y la piel extremadamente secos. Da igual lo que use para remediarlo. Me temo que la clave no está tanto en los productos hidratantes que yo use, sino en que no bebo la cantidad de agua que necesito, por más que me lo proponga.

De nuevo, por simplificar, suelo usar simplemente aceite de coco. Pero se pueden mezclar otros ingredientes como huevo, aguacate, aloe vera… 

El aceite de coco tiene propiedades regeneradoras, es muy hidratante y nutritivo, pero no deja sensación aceitosa. Lo aplico de medios a puntas, al menos durante media hora, antes de la ducha. Deja el pelo muy suave y brillante.

También puede usarse como mascarilla, de la misma forma, la manteca de karité. Presenta una hidratación aún mayor, por lo que es recomendable para pelos castigados, en los que se ha usado plancha o tintes, y también como tratamiento de rescate durante o tras el verano, por ejemplo.

Y otra opción es usar ambos ingredientes juntos, creando este bálsamo de caléndula cuya receta tienes en el blog de Alma Eko y que puede emplearse como mascarilla para el pelo.

Si me lee alguna curly girl estará llevándose las manos a la cabeza y posiblemente le encantaría hacerme la siguiente pregunta: “¿Te imaginas cómo quedaría tu pelo si hicieses la rutina completa del método?” Pues sí, quedaría aún mejor. Le sacaría más partido. Pero es que a mí me gusta ya así y no estoy dispuesta a invertir más tiempo en el cuidado de mi pelo. En general, en mi vida, necesito que las cosas sean sencillas. Me considero minimalista. Si a ti te apetece y te divierte hacer el método completo, adelante, claro que sí.

Otra opción: Beauty Kubes

En las últimas semanas he estado probando otra de las marcas de cuidado del cabello que hay en Alma Eko: Beauty Kubes.

 

He de reconocer que me han sorprendido. He probado el champú y el acondicionador para pelo seco. Os cuento mis impresiones:

  • En cuanto a la definición del rizo, yo creo que la cosa está igual que con LaMalvaflor. Después de los lavados he usado el sérurm capilar antiencrespamiento de Matarrania. Pero un día probé a no ponerme nada y el resultado, era peor que sin el sérum, pero tolerable y prácticamente igual que cuando he hecho ese cambio con LaMalvaflor.
  • Respecto a la hidratación, ahí sí que creo notar algo de cambio. Los productos de LaMalvaflor son especialmente cremosos y creo que más hidratantes. En los últimos días no noto el pelo más seco, pero sí picores en el cuero cabelludo. Ojo, que podría ser por el cambio de temperatura por la estación. En cualquier caso, algo que podría probar es la gama para cuero cabelludo sensible de Beauty Kubes para comprobar si este aspecto mejora.
  • Y si hablamos del formato, reconozco que a priori no me convencía que fuese en dados. Me parecía algo incómodo, pero he visto que me equivocaba, porque es todo lo contrario. Tenía la duda de si con un solo cubo me cundiría para todo el pelo, ya que yo tengo muchísimo. Y sí, con un cubo tengo más que suficiente. Esto me hace pensar que otras personas con menos pelo y/o corto, pueden usar medio solo medio dado en cada lavado, por lo que el producto durará más.

Lo que más me ha gustado en este formato es el acondicionador. Con la pastilla de LaMalvaflor tengo la sensación de que no distribuyo bien el producto, sobre todo cuando ya queda un trocito pequeño. La forma en la que se usan los Beauty Kubes hace que puedas distribuirlos de forma muy cómoda y más homogénea. S

Y desde luego, este formato es perfecto para viajes o si vas al gimnasio. Solo una vez, estando de viaje, me despisté y no dejé secando mi champú de LaMalvafor en una jabonera con drenaje (algo que es muy importante) y se me estropeó. Eso con los dados no pasa.

Esto es lo que a mí me sirve. Vuelvo a insistir en que en el mundo de las rizadas tenemos muy claro que no a todas nos sirve lo mismo. De hecho, en las últimas semanas estoy probando otra marca que hay en Alma Eko, Beauty Kubes. Aún no me atrevo a daros un veredicto, porque lo he usado pocas veces, pero a finales de semana encontraréis mi valoración en las redes sociales de Alma Eko.

Espero que os haya servido este post para animaros a pasaros a una rutina de cuidado del cabello rizado mejor para tu pelo y para el planeta.